Cuando nos ejercitamos debemos tener en
cuenta cuál es nuestro objetivo, para así, realizar el ejercicio específico.
Puesto que los ejercicios aeróbicos y los anaeróbicos cumplen diferentes
funciones y, por tanto, llegan a distintos resultados. Conozca más de ellos a
continuación.
Para
comenzar, los ejercicios físicos aeróbicos son aquellos donde
la respiración es fundamental. Asimismo, son actividades con menor intensidad
que se realizan por periodos de tiempo extensos.
El fin
de este tipo de ejercitación es conseguir mayor resistencia. Por esta razón,
para obtener la energía que se necesita para cada actividad, es necesario quemar
grasas e hidratos. En consecuencia, se requiere oxígeno, incrementando la
actividad pulmonar transformándose en una alternativa para mejorar el
sistema cardiovascular.
La actividad
aeróbica ayuda a mejorar la circulación coronaria, favoreciendo la
distribución de los capilares en el musculo cardiaco. Permitiendo que la sangre
transite por lugares donde no llegaba de manera suficiente para que funcione el
cuerpo. También aumenta la cavidad ventricular, lo que es una disminución de la
frecuencia cardiaca en reposo, lo que significa que es un ahorro de gasto
cardiaco.
Este
ejercicio utiliza las grasas como fuente principal de energía, reduciendo la grasa
subcutánea, localizada entre los muslos. Es perfecto para alguien que quiera
definir ciertas partes del cuerpo, pero para ello hay que practicarlo
obligatoria y constantemente.
Los
ejercicios más comunes son: bailar, pedalear, nadar, esquiar, trotar, patinaje
y caminar.
Algunos
de los beneficios que aporta este tipo de actividad aeróbica:
· Baja los niveles de colesterol en la sangre: Desciende los niveles
de colesterol LDL (malo) y aumenta el colesterol HDL (bueno). Como resultado,
se reduce el riesgo de problemas cardiacos.
· Ayuda a quemar grasas y a adelgazar: Disminuye la grasa
corporal, porque las emplea como fuente de energía, definiendo músculos luego
de haber eliminado la grasa localizada en ellos. La idea es practicar
constantemente a una intensidad moderada.
· Aminora la presión sanguínea: En las personas
hipertensas, hasta en 7mmHg la sistólica y 4 mmHg de la diastólica. Menguando,
así, el requerimiento de tantos medicamentos.
· Reafirma los tejidos: La piel recupera parte
de la lozanía perdida, ayudando a sentirse y verse más joven, con un cutis
naturalmente sano.
· Reduce los niveles sanguíneos de glucemia en las personas
que padecen diabetes: Practicando estos ejercicios se utiliza la glucosa de la
sangre. La "azúcar en sangre" cae, lo que ayuda de sobremanera a las
personas con diabetes.
· Incrementa la reabsorción de calcio por los huesos. Esto, los fortalece y
merma el riesgo de fracturas.
· Resta los niveles de adrenalina e incrementa los
niveles de endorfinas. Entonces, baja la tensión emocional y mejora el
estado anímico, generando un buen estado físico y mental.
Luego,
los ejercicios anaeróbicos son actividades de alta intensidad. Su
fuente principal es la fuerza, es decir son ejercicios que requieren grandes
esfuerzos musculares en periodos cortos de tiempo.
Éstos
ayudan a aumentar masa muscular y a adquirir potencia. También robustecen el
sistema musculo-esquelético.
Este
tipo de ejercicio no se recomienda cuando se necesita perder peso, ya que
incrementan la masa muscular, por lo que las células musculares necesitan
energía acumuladas en el organismo y al gastar demasiada, el organismo opta por
utilizar ácidos grasos de reserva.
Al
finalizar una sesión de ejercicios anaeróbicos se recomienda realizar
estiramientos y alguna actividad aeróbica. De esta manera se removerá el ácido
láctico de los músculos y facilitará la circulación sanguínea, mejorando la
función de las articulaciones y elasticidad muscular.
Los
ejercicios más comunes son: levantamiento de pesas, gimnasia artística, fútbol,
carreras y abdominales.
Algunos
de los beneficios que aporta este tipo de actividad anaeróbica:
·
Evita el exceso de grasa y controla el peso.
·
Disminuye la fatiga.
·
Ayuda a desarrollar masa muscular y fortalecer los
músculos.
·
Mejora el estado cardiorrespiratorio.
Por
consiguiente, la diferencia -a grandes rasgos- es que el ejercicio
aeróbico mejora la capacidad pulmonar y la resistencia, ayudando a quemar
grasas, y el anaeróbico aumenta masa muscular.
Si
está con la idea de mejorar su figura y su salud, es bueno mezclar estos dos
tipos de prácticas, ya sea una para bajar de peso y la otra para desarrollar
musculatura. Sin olvidar que siempre deben estar acompañados de una dieta
balanceada.
Estos
ejercicios ayudan en gran medida al organismo, evitando enfermedades y
complicaciones.
Pues, hacen trabajar el sistema circulatorio y el corazón.
Como
siempre hay que tener en cuenta que antes de someterse a estos ejercicios, hay
que realizarse exámenes al corazón, para saber cómo está funcionando. Ésta es
una manera de saber en qué estado y condiciones se encuentra el organismo.
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