Dentro de las distintas rutinas de
acondicionamiento físico se encuentran los ejercicios de resistencia, que
pueden variar dependiendo de las metas, restricciones y necesidades de la
persona que los realice. A continuación aclararemos algunas dudas y daremos
consejos sobre el tema.
En primer lugar, los ejercicios de resistencia buscan mejorar
la capacidad de nuestro cuerpo para realizar una actividad física por el mayor
tiempo posible y
de manera óptima.
Sin embargo, también ayudan a mejorar el estado
físico en
general, puesto que agregan masa muscular y, como consecuencia, protegen las
articulaciones y optimizan los sistemas cardiovascular y respiratorio. Por lo
tanto, se dividen en dos grandes grupos:
- Entrenamientos para mejorar la
resistencia aeróbica.
- Entrenamientos anaeróbicos.
Los primeros requieren de la utilización de oxígeno para que el músculo realice el
esfuerzo que se está pidiendo, por eso se llama aeróbico.
Este tipo de acciones promueven la eliminación de calorías y con el tiempo, la grasa acumulada en el cuerpo. Asimismo,
disminuye los niveles de colesterol y glucemia (azúcar en sangre).
Un gran ejemplo de este tipo de ejercicios es correr.
Como te habrás dado cuenta, requieres respirar mucho más y cada vez puedes
llegar más lejos y por más tiempo. Esto es debido a que tu sistema respiratorio
y tu corazón mejoran.
Entonces, los ejercicios aeróbicos (de resistencia),
consisten en utilizar la mayor cantidad de músculos o grupos de éstos por el
mayor tiempo posible. Por lo que nadar, trotar, pedalear y bailar también son grandes formas de mantener
y mejorar el estado físico.
Por otro lado, existen los ejercicios de resistencia anaeróbicos,
que son los que no requieren de oxígeno en el músculo para realizarlos. Esto es debido a que
no son prolongados y sólo requieren de "fuerza", como es el levantamiento
de pesas.
Si bien este tipo de movimientos pueden no considerarse
de "resistencia", es importante ejercitar cada grupo de músculos para
generar mejor y más masa muscular, la que
-con el tiempo- ayudará a lograr mayor rendimiento en la "rutina
aeróbica".
Además, este tipo de rutinas nos ayudan a quemar más
calorías, ya que el músculo requiere "recuperarse" del esfuerzo, por
lo que, en reposo se gasta este "combustible". En consecuencia, es
necesario realizar ambos tipos de ejercicios para mantenernos saludables.
Como se dividen en dos grandes conjuntos, daremos algunos
ejemplos de cada uno:
Movimientos aeróbicos: correr y trotar (ya sea en exteriores
o en máquinas de gimnasio) esquiar, nadar, bailar, jugar tenis o ping pong,
aeróbics y andar en bicicleta (si es al aire libre, no sólo te ejercitarás,
sino que lo pasarás muy bien). Todos estos deben realizarse por un tiempo no
menor a treinta minutos, tres veces por semana como mínimo.
Movimientos anaeróbicos:levantamiento de pesas, abdominales,
lagartijas, sentadillas, carreras a máxima velocidad y de corto tramo, entre
otros.
También es importante recalcar que cada vez que se quiera
comenzar a realizar un ejercicio o rutina se debe hacer un chequeo
médico, puesto que las personas sedentarias pueden lesionarse o
empeorar alguna enfermedad preexistente si se comienza sin revisarse.
Por otro lado, los ejercicios de resistencia requieren la
hidratación constante, puesto que se pierde mucho líquido cuando se ejercitan
grandes grupos musculares. En este sentido, los cítricos ayudan mucho, puesto
que ayudan a prevenir espasmos o calambres musculares.
Igualmente, consultar a un especialista (personal
trainer, por ejemplo), nos dará una gran guía, ya que podemos tener
limitaciones. Por ejemplo, una persona con mucho sobrepeso puede ver sus
articulaciones resentidas si es que se pone a correr de un día para otro,
porque el impacto que se produce al tocar el suelo es muy fuerte. Así,
podrían recomendarse ejercicios en el agua, elíptica o bicicleta.
Por último, ningún ejercicio servirá si no se sigue una dieta
equilibrada y
saludable que nos ayude no sólo a perder peso, sino que a ser saludables y
sentirnos mejor.
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